
Es como si hubiera alcanzado a sentir los latidos de tu corazón a distancia,
tu respiración se agitaba cada vez que intentaba tocarte,
que intentaba acercarme.
Tu cuerpo se tornaba para mi en algo más que deseado, lo anhelaba,
lo esperaba, lo quería sentir en mis manos.
El tenerte en frente mío y sentir el calor de tus labios sin rozarlos
fué atravesar mil mundos de ensueño, que hubiese querido
duraran toda una eternidad.
Quise robarte mil caricias, pero esas se perdieron entre las agnas que nos rodeaban.
Te derrumbe en mi cama y conocí mil formas de placer en un segundo, con solo mirarte.
(continuo luego..)
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